En la Argentina y en todo el mundo el maíz es una gran alternativa para convertir el grano en carne. Junto con el sorgo, es uno de los insumos que más se utilizan en nuestro país para hacer el engorde de los animales, bajo esta modalidad de conservación.
La posibilidad de poder hacer silo de grano húmedo del maíz hace que sea una gran alternativa y una opción más que tentadora para el productor a la hora de decidir que acopiar.
Si uno lo mira desde el lado de los nutrientes, el grano húmedo tiene características similares a los granos que se encuentran con un bajo porcentaje de humedad, pero se diferencia de algunas cuestiones que resultan ventajosas.
Los granos húmedos presentan un almidón que tiene una mayor capacidad de digestión ya que las enzimas tienen mayor posibilidad de ataque y mejorar un posible desbalance entre energía y proteína.
Por otro lado, en consecuencia, tiene una mayor posibilidad de generar acidosis en los animales, es por eso que se debe tener sumo cuidado a la hora de suministrar.
La idea de usar estos forrajes esta vinculada con el objetivo de poder corregir los posibles desbalances que se pueden llegar a generar a niveles nutricionales y para poder reducir la posibilidad de que les agarre timpanismo.
Con esta estrategia de tener el alimento conservado durante un tiempo prolongado y tenerlo disponible cuando uno quiere, lo que se puede hacer, es usarlo para poder cubrir baches en donde el alimento escasea y que actúe como fusible de la situación, como en el caso de los inviernos en donde el forraje escasea.
El silaje de grano húmedo también sirve como insumo para las dietas que se conforman en los corrales de encierre que tienen como objetivo principal aumentar el peso de los animales rápidamente.
Dependiendo de los objetivos del productor y del manejo productivo que esté haciendo va a depender la importancia de cada uno de los usos ítems nombrados anteriormente.
El maíz es una gramínea de alta productividad, que genera muchísima energía por hectárea, lo cual lo hace una opción más que tentadora para el productor. No solo produce gran cantidad de granos sino que también grandes cantidades de materia verde que sirve a su vez como fibra.
Hoy en día existen variedades con altísimo potencial y con la posibilidad de generar mucho volumen, lo cual permite que, por la cantidad de kilos que se le sacan, los costos productivos se diluyan de una mejor manera. Es fácil de entender que cuanto más aumenta la productividad más barato es el kilo de materia seca producida, que es en definitiva lo que como productores buscamos, ya que esa biomasa va a ser la que luego sea convertida en carne; objetivo final de nuestra producción.
El grano de maíz, si se lo cosecha en el momento correspondiente, tiene una buena cantidad de energía metabolizable por kilo de materia seca, que es suministrada por el almidón que contiene el grano, el cual tiene una alta digestibilidad y contenido de fibra.
No todas son ventajas para el silaje de maíz ya que el porcentaje de proteína bruta que presenta no es el de mayor cantidad, respecto a otros suplementos. De todas maneras, como se dijo anteriormente, los objetivos del uso del silaje no son siempre los mismos, lo cual hace que esta “desventaja”, en algunos casos, no lo sea.
A su vez, la preparación del silaje de maíz, requiere una alta inversión no solo en la maquinaria o en la contratación del servicio, sino que también a la hora de suministrar y dárselo a los animales es necesario tener la maquinaria correspondiente y el personal calificado que sepa hacerlo.
En el contexto en el cual los productores argentinos están acostumbrados a producir, en donde la crisis y los cambios repentinos son moneda corriente, no queda otra alternativa que tratar de estabilizar de la mejor manera posible todos los costos de producción.
Cuando las producciones ganaderas empiezan a ser más intensificadas lo que sucede es que el propio sistema se vuelve más dependiente del suministro de alimento y este insumo termina siendo el costo más alto y el que más incidencia tiene sobre el total de la inversión.
En el caso que se esté haciendo un manejo que tiene como base el uso del pasto y de pasturas, en donde el alimento en términos generales, dependiendo la zona, es deficitario en los meses de junio, julio y agosto, es importante buscar una alternativa para poder mantener la carga durante todo el año y poder sacarle el mayor provecho al forraje que crece en la primavera, época en donde los picos de producción alcanzan su máximo y es muy importante aprovecharlos para que aumente la producción de carne y los costos se diluyen.
En el sistema productivo nombrado anteriormente, en donde los pastos son la base del sistema, el silaje de maíz es una gran alternativa ya que tiene una respuesta significativa en estos meses.
La respuesta del silaje y el impacto que tiene el suministro del mismo va a estar dado básicamente por la cantidad que se le dé y la calidad, como así también el estado en el cual se encuentren los animales.
Cuando se suplementa con el silaje de maíz lo que se logra es por un lado mejorar el desbalance proteico del forraje que los animales consumen y por otro lado, mejorar la relación energía y proteína.
Con todo lo nombrado anteriormente se puede deducir que el silaje de maíz no solo es una buena alternativa para mejorar los desbalances nutricionales que le rodeo presenta en cierta época del año sino que también para poder mantener la carga, haciendo que la productividad por hectárea sea mayor, mejorándolo los márgenes económicos y haciendo que el sistema planteado por el productor sea más estable.
A su vez, la ventaja que presenta es que no necesariamente solo los productores grandes son los que pueden hacer silo de maíz, sino que también los pequeños productores pueden hacer uso de esta alternativa.