Tanto las cuestiones del ambiente en el cual se está trabajando y la genética con la cual cuenta el animal, va a determinar, en conjunto con el alimento en primer lugar, la curva de crecimiento. Cuanto más rápido crezcan y más rápido ganen peso, mejor es para el ganadero ya que van a llegar antes al peso para que sean llevados al frigorífico, y en general estos animales son aquellos que tienen mayor eficiencia de conversión de alimento.
En los establecimientos en donde el peso de terminación es bajo y se busca eficientizar al máximo la conversión de alimento en kilos de carne en un periodo de tiempo corto, es clave contar con animales que tengan esta genética para tener una alta tasa de crecimiento diario.
Cuando la producción se realiza a campo abierto, si bien es una característica deseada, a veces resulta caro poder generarla por el tipo de manejo que se realiza.
Como se comentó anteriormente, si bien la genética y el ambiente son claves para el buen desarrollo del animal, el protagonista de que esto suceda y se pueda expresar todo el potencial, es el alimento que consume. Periodos de escasez en algún momento de la vida del animal, repercute directamente en el balance total del animal en toda su vida útil.
Sin embargo, en las producciones argentinas en donde la mayoría de los sistemas ganaderos se apoyan en el pasto y se produce principalmente a campo abierto, los periodos de escasez de alimento o restricción es una suerte de estrategia que se utiliza, dándole mayor importancia a la justificación económica que a la biológica, que en comparación a la monetaria, en estos casos, es compensada.
Durante los periodos invernales, si el objetivo es que los animales engorden y están destinados a ser faenados, no debe restringirse el alimento y evitar que decaiga su condición corporal, ya que luego es muy complicado y caro recuperar esos kilos, sumado al tiempo perdido. La clave del negocio es sin duda disminuir los costos y producir, además de carne de calidad, carne barata, que en el final del ejercicio, la conversión de alimento en carne sea alta, haciendo que el costo de kilo producido sea bajo y los márgenes aumenten de manera considerable.
La estación en la cual se encuentra y el estado del campo en el momento de decidir las cuestiones de la dieta determina el manejo que se va a realizar y las decisiones que se van a tomar. Cada ganadero adapta su manejo al campo y a la situación y posibilidades que tiene, haciendo que no haya una receta para con estas cuestiones y existan tantas maneras de producir como productores y establecimientos ganaderos.
Una de las estrategias más comunes en los sistemas pastoriles cuando el pasto falta, es por un lado alivianar el campo, es decir, bajar la carga animal por hectárea y volver a cargarlo en la épocas de lluvias y buenas temperaturas, cuando vuelven los picos productivos de forraje o por otro lado, suplementar la ración, o con alimento propio que se acopio en los periodos donde la oferta de pasto fue mayor que la demanda de los animales, o mismo silaje que se produjo para estas situaciones. La otra opción es salir a comprar suplementos, pero en términos generales esto suele ser costoso y poco rentable, aumentando el precio del kilo producido, disminuyendo considerablemente los márgenes.
Al tratarse de una producción biológica y que mandan las leyes naturales, en donde la dinámica no es lineal, en donde juegan muchas variables y hay periodos en donde existe un desfase entre lo que el campo puede producir y en lo que los animales necesitan, es clave hacer un buen planteo para que las épocas en donde sobra, puedan hacerse cargo de las épocas en donde falta y no tener la necesidad, ni de bajar la carga, ni de salir a comprar alimento afuera del establecimiento.
El aumento de los costos hace que el productor deba tener altas cargas de animales por hectárea, para poder diluir esos costos, y eso hace que deba ser sumamente eficiente en el manejo de sus recursos, haciendo que ponga el foco en una correcta planificación. Esto se debe a que como se comentó anteriormente, periodos en donde el animal sufre por falta de nutrientes, va hacer que repercuta al final del ciclo.
Por lo general estos problemas suelen darse en invierno, en donde el alimento suele escasear y es ahí donde se pone el límite de la carga, y es el momento en el cual el productor debe tomar la decisión.
Como se comentó anteriormente, por lo general, la mejor opción es siempre tratar de lograr la mayor cantidad de carga posible, haciendo que el productor tenga dos alternativas; o hacer que los animales pasen el invierno con el pasto que hay, resignando un poco el estado corporal y jugando con la posibilidad de hacer un crecimiento compensatorio en los momentos primaverales, o puede suplementar a fin de mantener el estado de los animales, mantener la carga y poder aprovechar el pasto que se produce en primavera, que suele ser abundante y bastante superior a lo que el rodeo demanda.
A pesar de que el sufrimiento nutricional en un momento dado del animal influye a futuro, en los bovinos existe un concepto que se conoce como ganancia de peso compensatorio. Esto quiere decir que algunos animales que sufrieron durante un periodo, con ciertos límites de sufrimiento, que son expuestos a una dieta abundante, pueden y tienen la capacidad de convertir ese alimento de una manera más eficiente que si hubieran estado expuestos a esa misma dieta, pero en óptimas condiciones y estado corporal.
Esto es una herramienta de supervivencia que el animal tiene genéticamente por naturaleza, para poder alcanzar su peso normal luego de haber pasado por ciertas inclemencias que hayan hecho que no tenga acceso al alimento, y poder sobrevivir y continuar con la especie.
De todas maneras, para que exista un recupero y una compensación del peso, se deben dar ciertas condiciones favorables para el animal y que el acceso a la comida sea fácil.