Como todo animal que se enfrenta a un cambio, el ternero necesita un periodo de adaptación antes de ser expuesto a su nueva dieta, la que va a ser definitiva en su engorde. Este cambio le genera un estrés significativo que hace que no coma lo suficiente y pueda llegar a morir de hambre.
Además del cambio de la propia alimentación también lo que le afecta es el cambio del ambiente, las instalaciones y los corrales en los cuales no están acostumbrados, como también el traslado, si es que fue a camión, desde donde estaban hacia el nuevo establecimiento.
Si bien no es prolongado, el tiempo de estrés hasta que el animal vuelve a acostumbrarse y comportarse de una manera normal, es de un mes aproximadamente.
Es clave que en este periodo de estrés el animal lo pase de la mejor manera, sin que le bajen las defensas naturales y arrastre estos problemas para el periodo siguiente. En muchos casos sucede que debido a esto, los terneros y terneras no logran pasar este periodo de adaptación, llegando al punto de morir. Esto es algo que definitivamente se debe evitar ya que son terneros que se pagaron y que iban a tener un potencial de venta, haciendo que la rentabilidad baje considerablemente.
No todos los terneros se ven afectados ante estos cambios de la misma manera. Dependiendo de la edad y si conoce al grupo con el cual va a compartir el corral, va a ser la intensidad con la cual pase estrés.
Si el ternero esta recién destetado y se lo manda a los corrales con la tropa con la cual compartía lote en el campo, su estrés va a ser medio, mientras que si a ese mismo ternero, recién destetado, se lo manda al corral con otros terneros que no conoce, su nivel de estrés va a ser muy alto.
Lo mismo sucede con los terneros de un año. Si son mandados a un corral con su grupo su estrés va a ser bajo, pero si a ese mismo ternero de un año de edad, se lo manda al corral con animales que no conoce, el estrés va a ser un poco más marcado que en la situación anterior.
En el caso de los terneros que fueron recién destetados y enviados a corral, el manejo debe ser más cauteloso y personalizado, ya que tienen una mayor predisposición a sufrir el estrés, independientemente de que estén con su propio grupo.
Por su puesto que el estrés no está determinado solo por la edad y el grupo con el cual comparte el corral , si no que también el ambiente, transporte, estado corporal previo a la entrada al engorde, etc. van a hacer que el animal este mas o menos predispuesto a sufrir el cambio.
Esto no quiere decir que si se genera algún cambio de este tipo, como puede ser climático o mismo de trasporte, durante el periodo en el que ya están acostumbrados y alimentándose de manera normal, no puedan volver a estresarse a causa del cambio. La diferencia que hay es que al principio de la adaptación es algo inevitable, que le sucede a todos los animales, mientras que cuando ya están adaptados, solo algunos sufren por pequeños cambios.
Es muy importante que a la hora de que entran los nuevos animales a los corrales de feedlot los mismos estén limpios y desinfectados ya que cualquier patógeno que se encuentre va a atacar al animal de una manera muy sencilla, ya que los mismos vienen con las defensas muy bajas.
Enfermedades que en periodos normales de engorde son insignificantes y que no hacen daño alguno, en esta etapa puede generar grandes dolores de cabeza a los productores.
Cuando el animal va por primera vez al feedlot, como se comentaba anteriormente, se deben tomar algunas precauciones dentro de los corrales. Cada uno de los animales debe tener un espacio grande para evitar que se choquen entre si y evitar que los terneros sean aplastados entre ellos mismos. Es aconsejable para la primer etapa, tener corrales de recibimiento que estén relativamente alejados de los corrales principales de engorde post adaptación.
En la primer etapa el alimento debe ser modificado de manera gradual, mechando rollos o fardos de pasto de la mejor calidad posible junto con algún grano o alimento concentrado. De más esta decir que es importantísimo en esta etapa que tenga la posibilidad de tomar agua de buena calidad en todo momento.
Los comederos lineales deben ser amplios con la posibilidad de que cada uno de los terneros y terneras que están para comer puedan acceder al alimento sin tener que golpearse con el compañero de al lado, tienen que sentirse cómodos a la hora de comer.
Dependiendo la zona en la cual se esté haciendo el engorde y la época del año en la cual se está haciendo esta adaptación, la sombra y la posibilidad de recibir un rociado de agua fresca para combatir las altas temperaturas, es importante para que el animal además del estrés del propio cambio, no tenga un estrés propio del clima.
Cuando llegan al establecimiento los nuevos terneros, se los debe dejar tranquilos entre medio día y un día, y luego de ese descanso, si empezar con los protocolos de adaptación, pero no antes, es clave que el ternero pueda descansar luego de haber sido transportados.
El diseño de los corrales deben estar pensado de una manera tal en la que se puedan manejar y arrear a los terneros de una manera tranquila, sin gritar y sin necesidad de usar elementos como pueden ser rebenques o mismo picanas eléctricas.
Si se tuviese la necesidad de mover a los animales o hacer cualquier laboreo particular con los mismos, se deben elegir momentos del día en el cual el clima esté en condiciones favorables. Un buen momento es la mañana en donde están tranquilos y el sol no pega tan fuerte como puede ser en el caso de la media tarde.