Una de las claves en la producción ganadera es el correcto manejo de la nutrición de los animales. La diferencia que existe durante todo el año en cuanto a los requerimientos de los animales, la estacionalidad de los pastos y el desfasaje que existe entre el consumo y la respuesta, hace que sea todo un arte el hacer una correcta planificación, y eficiente, de los niveles nutricionales del rodeo.
La condición corporal que presentan los animales es el reflejo visual de cómo vienen los animales a niveles nutricionales, y resulta de lo que el animal consume y lo que gasta. Cuando la relación es negativa, la condición corporal va a ser mala y con una curva negativa, mientras que si se le da más energía de la que gasta, su estado corporal va a ser bueno y con curvas de crecimiento positivas.
Se debe tener en cuenta que el estado corporal es el resultado de los niveles nutricionales anteriores, es decir, existe un desfasaje entre lo que el animal está consumiendo actualmente y su estado corporal de hoy. Lo que va a expresar si las cosas se están haciendo bien o si se va en buen rumbo, va a ser la curva de avance.
La condición corporal de los animales está íntimamente ligada a la cantidad de reservas que tienen las mismas, expresado en grasa, y las variaciones del estado corporal esta dado por la cantidad de grasa. Es por eso que se debe tener en cuenta que el peso del animal no debe tenerse como parámetro de estado corporal.
Dos animales con la misma cantidad de kilos, es decir, del mismo peso, pueden tener diferentes condiciones corporales, ya que esto está dado básicamente por el tamaño.
También se tiene que tener en cuenta que es un concepto que está muy ligado con el tipo de animal y con la raza.
La condición corporal en los rodeos de cría es muy importante ya que está íntimamente ligada a la capacidad reproductiva de las madres. El tejido adiposo libera una sustancia que se llama leptina, que son las que le sirven y las que actúan como mensajeras al cerebro de que la cantidad de grasa que tiene la vaca es la necesaria para poder reproducirse y gestar un ternero o una ternera de manera correcta.
Las vacas más fértiles además de lograr un buen porcentaje de preñez, lo que permiten es que los periodos que hay entre cada parición sean menores, y que se cumpla el objetivo de que sea no mayor a un año, es decir, poder justamente lograr un ternero por año.
Que esto suceda depende de que la vaca entre en celo lo antes posible luego de haber parido, y ese celo depende del estado en el cual esté ese animal.
Al momento de parir, el estado corporal es el que manda a la hora de recuperar el ciclo estral. Además, en este momento, a causa de que la vaca está dando de mamar, los requerimientos aumentan, lo cual hace que se le deba suministrar mayor cantidad, manteniendo la calidad, de alimento.
Si esto no sucede, y la condición corporal disminuye en este momento, lo que va a suceder es que la vaca o la vaquillona va a sentir que no va a estar en condiciones de criar otro ternero, lo cual va a hacer que estire su periodo de anestro, sin entrar en celo y dando la posibilidad de quedar preñada. Cuando se alarga este periodo, puede llegar a correrse el riesgo, de que no se logre el objetivo de producir un ternero por vaca por año.
Se debe cambiar la idea de que los animales comen por que tienen que producir, sino que producen por que comen. Es ahí entonces cuando se entiende la importancia del correcto manejo nutricional y que es una de las principales causas de una buena producción.
Se debe lograr que el animal alcance la saciedad con el forraje o el suplemento que come de manera voluntaria, ya que si no, lo que sucedería es que estaría restringido por el volumen que ocupa el alimento y la baja calidad del mismo.
Para que esto no suceda el alimento que ingiere debe ser de buena calidad, cosa que cubra sus necesidades energéticas con poco volumen de alimento.
Cabe destacar que como se supone, todos los animales no consumen ni convierten el alimento de la misma manera, y sin estar esta diferencia en el propio alimento sino que en otras cuestiones como son el estado en el cual se encuentran, el ambiente, la temperatura, la edad, etc.
Animales de mayor tamaño tienen mayor capacidad de consumo de alimento, ya que el rumen es más grande, y este concepto se lo conoce como capacidad de ingestión. Si bien tienen mayor capacidad de ingerir alimento, también lo que sucede, debido a su gran tamaño, es que sus requerimientos de mantención son mayores que aquellos animales que, si bien pueden consumir menos alimento, también necesitan menos energía para cumplir sus funciones vitales.
Esto es importante de aclarar ya que muchas veces se incurre en el error de pensar que el peso es un parámetro o una herramienta para poder determinar la capacidad de ingestión de un animal. Si bien el peso se tiende a relacionar con el tamaño del animal, y con la capacidad de ingestión, es algo que no siempre es certero ya que el estado corporal es el que lo determina. Un claro ejemplo es que cuando un animal con un peso y tamaño determinado, como así también una posibilidad de ingestión determinada, disminuye su peso, en consecuencia baja su peso vivo, pero su tamaño y la capacidad que tiene de comer es la misma. Es decir, la capacidad de ingesta tiene que estar dada por el estado en el cual se encuentra el animal y no el peso real que tiene.
De todas maneras, a fines prácticos, a veces hacer este ajuste es algo complicado ya que existe una cierta variabilidad en el estado corporal de los individuos de rodeo, y es por eso que tomar un porcentaje del peso vivo a la hora de calcular la ingesta, es una buena opción.