Primero que nada lo que se debe tener en cuenta para poder entender el valor de la carga animal es entender que es. Si bien es un concepto muy sencillo, eso no le quita importancia.
La carga animal es la cantidad de animales que se tienen en un establecimiento por unidad de superficie. Por lo general se lo expresa en cantidad de animales por hectárea o también es utilizado el concepto de equivalente vaca por ha.
Equivalente vaca es una unidad que se usa para homogeneizar las categorías a la hora de expresar requerimientos y es lo que necesita una vaca de 400 kg que está gestando un ternero y con otro al pie, incluyendo el pasto que come ese ternero.
Este número es el que define el potencial productivo del establecimiento.
Cuando se habla del ajuste de la carga animal, se hace referencia a las medidas que uno toma a la largo de la campaña para determinar la cantidad de animales que el campo puede recibir en cada momento del año; ya que por cuestiones naturales, la oferta de pasto no es la misma a lo largo del año.
Amén de los motivos por los cuales uno decide ajustar la carga, cuando hay mas animales de lo que el campo puede soportar, es decir, su capacidad de carga esta sobreestimada, las opciones que uno tiene son, o vender los animales para alivianar la situación, o salir a comprar fardos, rollos o suplemento. Por otro lado, si el campo tiene más oferta de pasto que la demandada por los animales, uno puede salir a comprar o puede guardar todo ese forraje de excedente bajo el formato, por ejemplo, de rollos para los tiempos en donde la curva de oferta y demanda se invierte.
La capacidad de carga es cuantos animales puede recibir ese lote en un momento determinada y fundamentalmente está definida, primero por la oferta de pasto que hay, es decir, cuantos kilos de materia seca hay disponibles y por otro lado, la demanda de los animales y en qué momento en cuanto a sus requerimientos nutricionales se encuentran.
Todos estos conceptos nos hacen pensar que hay una relación inminente entre la planta y el animal a la hora en la que se producen los pastoreos, y se está en lo cierto. Involuntariamente existen efectos de la planta sobre el animal y del animal por sobre la planta cuando los pastoreos ocurren.
Por un lado cuando el animal pastorea tiene un efecto directamente mecánico en la planta, cosechándole las hojas y generándole cambios estructurales y fisiológicos, distribuye sus semillas, etc.
Por otro lado, la planta genera un efecto en el animal a nivel nutricional e implica una ganancia de peso, el cual está determinado por el tipo y la calidad del pasto.
Siguiendo a linealidad de los conceptos nombrados anteriormente, uno puede entender los efectos que la carga animal, tiene sobre el propio animal. En este aspecto, la carga, afecta directamente al engorde individual de cada animal y en su defecto la cantidad de carne producida por hectárea. Cuanto más alta es la carga, menos va a ser la ganancia de peso por individuo, pero en ciertos niveles, la cantidad de animales va a compensar la individualidad y a nivel global, la producción de carne por hectárea va a ser mayor.
No solo afecta a la ganancia de peso sino que también puede afectar a la calidad del servicio e índices de preñez, condición corporal, etc.
En contra partida a esto, la carga animal también tiene un efecto directo por sobre la planta. Cuantos más animales hay, menos selectividad hay y mas “daño” o mas pisoteo se genera. Este daño no quiere decir que sea algo malo, sino que al revés, le da el estimulo a la planta para que crezca de una manera más fuerte y vigorosa.
El efecto que tiene el pastoreo, la intensidad y la cantidad de animales que están pastoreando, también depende de la época del año y de la especie de la cual se esté trabajando. Hay especies que son mucho más resistentes a pastoreos intensos con alta carga instantánea que otros.
En los campos para determinar la carga que uno va a usar, lo primero que debe saber para poder planificar de una manera correcta y lo más certera posible es conocer cuánto produce el pasto que se tiene en el campo de manera anual y por época. Una vez que sabemos eso, lo cual se conoce como oferta, cruzamos ese dato con la demanda de los animales, que en general se sabe que consumen el 3 % de su peso vivo (siempre hablando del pasto en kilos de materia seca, libre de humedad).
Por ejemplo, si se tiene una pastura que produce 6000 kilos de materia seca por año por hectárea, calculando un índice de cosecha (de eso cuanto puedo llegar a comer y a aprovechar), que en este caso se va a estimar un 60 % de eficiencia de cosecha, con un requerimiento total por año de los animales de 3000 kilos de materia seca.
Quiere decir que se tienen disponibles para esos animales 3600 kilos de materia seca por hectárea. A ese número lo dividimos por lo que nuestros animales necesitan comer, resulta que la carga animal por hectárea optima va a ser de 1,2 animales por hectárea.
Como se dijo anteriormente, por la propia naturaleza del pasto, ese forraje no va a estar distribuido de manera equitativa todos los días y meses del año. Va a haber momentos en donde la oferta es mayor que la demanda, como suele ser en primavera y otoño, que son los picos de producción forrajera, dependiendo de las especies, y otros periodos donde esto se invierte, que suele ser en el verano y en el invierno.
Es por eso que es muy importante ir ajustando la carga animal de manera periódica para sacarle el mayor jugo a los pastos y producir de la manera más eficiente posible.