Todas las especies en el reino animal tienen un envejecimiento característico de su especie y es propio de ellos. En el mismo ambiente, no todas las especies perduran al mismo tiempo, ni se desarrollan en el mismo periodo.
Lo mismo sucede entre las partes que componen al propio individuo. Es decir, no todos los órganos envejecen de la misma manera, haciendo que exista un desfase entre el envejecimiento entre ellos.
Los dientes del bovino no son la excepción. El área dental suele desgastarse más rápido que el resto de los órganos vitales del animal, haciendo que sea una limitante en la vida útil del mismo. Esto hace que muchas vacas deben sacarse del rodeo y que dejen de producir, más allá de que tengan la capacidad funcional reproductiva en óptimas condiciones.
Una de las labores que se hacen a campo cuando se junta la hacienda en la manga, es hacer lo que se conoce como bloqueo. Esto significa que, personal capacitado y con años de experiencia, pueda observar los dientes y determinar por el desgaste de los mismos, cuánto tiempo le queda a esa vaca en el campo para poder producir un ternero.
La vaca solo presenta dientes en la parte inferior de su boca. En la parte superior tiene lo que se conoce como rodete dentario, que es una suerte de cayo que recubre la propia encía, que actúa de bloqueo del pasto. La vaca agarra el pasto con la lengua y lo retira del suelo apretándose entre los dientes inferiores y el rodete dentario.
El desgaste excesivo de los dientes inferiores, a causa del roce con el material, hace que este mecanismo se le complique a la vaca y por ende no pueda alimentarse correctamente.
El tiempo de vida de una vaca es superior al que sus dientes determinan. Es decir, por lo general el factor limitante de la vida útil del animal está determinado por sus dientes. Cuando sus dientes demuestran que el animal no puede producir más a causa de esa limitante, el resto de su cuerpo y de sus condiciones fisiológicas, no suelen demostrar lo mismo.
Este desgaste prematuro de las piezas dentales hace que se reduzca de manera notable la productividad individual de cada una de las vacas de nuestro rodeo y haciendo que la amortización del animal no sea la mejor. En muchos casos puede llegar a reducirse hasta un 50% la productividad y longevidad del animal a causa de esto.
Cuando el animal está completamente desarrollado, como así también su área dental, recién a los cinco años de edad es cuando se empieza a poder ver y a notar el desgaste.
Cuando ya los dientes empiezan a tomar una forma plana en vez de ser más bien convexa, se debe empezar a prestar atención, ya que se empieza a entrar en la etapa en la que la limitante dental se empieza a expresar. Este momento se lo conoce como diente rosado, y justamente hace referencia a que los dientes están planos, todos en una misma línea en cuanto a altura; al ras.
El momento más crítico y cuando ya sí empieza a ser realmente una limitante, es cuando, a la vista, si uno puede ver la línea horizontal de los dientes, va a notar que es una línea cóncava. Lo que hace esto es que los dientes no puedan apretar contra el rodete dentario el forraje, impidiéndole alimentarse de manera correcta.
El límite es cuando ya los dientes casi no se le ven y lo que queda a la vista son las puntas de las raíces, haciendo que a la vista se los vea separados.
Los factores y las causas que generan el desgaste prematuro están ligadas más bien al ambiente en el cual se desarrolla el animal, el alimento que consumió a lo largo de su vida y a la genética del mismo.
El ambiente es uno de los factores más determinantes y uno de los principales causantes de este problema. En cuanto al ambiente se hace referencia principalmente al contacto que tienen los dientes con el alimento y otros elementos del propio ambiente, y por otro lado el agua que el animal consume.
El rozamiento constante que tienen los dientes, en conjunto con la lengua y el rodete dentario para con estos materiales, hacen que este proceso se acelere.
El efecto del rozamiento y el impacto que tiene en el desgaste esta dado principalmente por las especies que estén disponibles para pastorear, el estado fisiológico de las mismas, el sistema y manejo de pastoreo que se esté llevando a cabo, el clima en el cual se esté produciendo (seca, viento, humedad, temperatura, etc).
La disponibilidad de pasto que haya a la hora de entrar a la parcela, y el remanente que se deja a la hora de salir de la parcela, también tiene un impacto en el desgaste dentario. Cuanto menos disponibilidad de forraje haya en el potrero, menor va a ser el bocado que el animal se lleve a la boca, y por ende mayor van a ser las veces que el animal requiera cortar el pasto para poder saciar su alimentación.
Las especies forrajeras a lo largo de su ciclo de vida, tienen diferentes características en cada uno de sus estadios. Estos estadios y procesos afectan la composición química y estructural de la planta.
Estas diferentes condiciones impactan directamente en la relación que hay entre el pasto y el diente del animal. Cuando la planta está en estado vegetativo y es más bien joven, con mucha hoja, suele ser más tierna, con menor cantidad de células estructurales, que hacen que sea mucho más sencillo para el animal poder arrancarla del suelo y mismo triturar para que pueda ser deglutida.
Por el contrario, cuando la planta está más madura, más pasada y acercándose al estado reproductivo, se encuentra más lignificada y más dura, haciendo que el desgaste del diente sea mayor.