La bosta de los animales están hechas básicamente de agua y de todos los elementos que no pudieron ser digeridos por parte del estómago del animal. Generalmente la fibra con alto contenido de lignina o la cubierta de los granos son elementos que los bovinos no pueden digerir y se expresan directamente en la bosta.
Es característico, respecto a otros animales, que la bosta de las vacas tiende a ser más aguachenta y eso en parte se debe por la cantidad de veces que lo hace por día. Mismo entre razas, la tendencia a mayor o menor consistencia difiere. Por ejemplo las razas indicas tienen menor contenido de humedad en sus heces que las razas europeas.
Una vaca o un toro adulto pueden llegar a defecar 15 veces en un solo día, con un promedio de 25 kilos de bosta. Un dato que es importante a tener en cuenta a la hora de hacer los manejos y entender los beneficios de que una vaca bostee en el potrero y esto se incorpore como materia orgánica al suelo, es que esos 25 kilos, cubren aproximadamente entre medio, y un metro cuadrado de superficie.
El contenido de humedad también va a variar en la época del año por el porcentaje de agua que tienen los pastos. Por ejemplo, en otoño, época en donde los pastos suelen ser muy tiernos, los animales pueden llegar a defecar hasta 40 litros de agua por día.
Como se dijo anteriormente, la consistencia no va a estar dada solamente por la época del año sino también por la especie y por la dieta que los animales estén consumiendo.
Leer la bosta es una tarea que no se realiza en todos los establecimientos, pero es algo muy importante que se debe hacer ya que es un claro ejemplo del funcionamiento y la relación dieta – animal. No debe confundirse y pensar que el análisis de la bosta nos va a dar soluciones explícitas en cuanto al balance propio de la dieta, sino mas bien se lo debe utilizar como un indicador cualitativo y tener en cuenta el contexto en el cual se lo está evaluando, ya que no deja de ser un análisis empírico.
En condiciones normales y en animales que se encuentren saludables, la densidad de la bosta nos va a expresar en cierta forma el balance nutricional del bovino, pudiendo hacer ciertas interpretaciones para poder actuar, si el análisis así lo requiere, y balancear correctamente la dieta.
Hay que prestarle mucha atención a esto ya que particularmente en los bovinos el mayor motivo de pérdida de nutrientes es por medio de la bosta. Esto implica grandes pérdidas de peso e ineficiencia en los sistemas ganaderos a la hora de convertir alimento en carne. A pesar de esto, lo positivo es que uno se puede dar cuenta de ante mano si algo está sucediendo de manera incorrecta respecto a la dieta en medio del campo, simplemente estando atento a las deyecciones, y no darse cuenta cuando es tarde en la balanza y recién ahí tomar cartas en el asunto.
La base de la dieta del animal no solo va a determinar su contenido de agua como se comento anteriormente sino que también va a determinar el color del cual se van a expresar las heces. Bovinos que se alimentan principalmente de pastos o pasturas en pie, tienden a defecar de un color más bien verde. En invierno, época en donde los pastos escasean y a veces es necesario que se le dé alguna suplementacion bajo el formato de fardo o rollo, las heces cambian de color y se transforman en un color marrón claro. Esto se debe a que los rollos respecto al pasto en pie, tienen muchísima menos humedad y pueden llegar a contener mayor cantidad de fibra.
Cuando la base de la dieta es pastoril y está acompañada con algún suplemento, como puede ser grano, la bosta tiende a pasar a ser de un color amarillento. Por lo general esto se ve de manera cotidiana en el campo en los lotes de novillos de invernada que son destinados a engorde y luego para consumo humano, y se requiere que tengan una mayor ganancia de peso, en el menor tiempo posible.
La bosta cuando se la suele ver muy oscura, es indicador de que algo no está del todo bien y pueden llegar a ser signo de alguna hemorragia que esté ocurriendo en el intestino del animal. En contra partida, cuando son muy claras, de un verde clarito o amarillenta, el motivo suele ser, por lo general, alguna infección de origen bacteriano.
Los animales cuando son arrastrados de un lado para el otro o se tiene que hacer algún movimiento de largas distancias, o llevarlos a la manga para hacer algún trabajo típico del rubro, se puede ver que los animales van bosteando. Algo que llama la atención es que siempre esas bostas tienden a ser acuosas o menos consistentes que si lo hiciese parado. Esto es una característica propia por cuestiones fisiológicas, es por eso que cuando uno decide hacer el análisis por bosteo, debe hacerlo cuando las vacas están tranquilas, en reposo, en medio del campo, para que la variable movimiento no sesgue la observación y haga que se saquen conclusiones erróneas.
Lo recomendable para hacer todo esto es hacerlo en donde está el bebedero. Este es un lugar en donde las vacas están tranquilas y quietas y por lo general hay muchas heces en esa zona como para hacer un análisis.
Las vacas tienden a echarse en el suelo luego de tomar agua, al lado de las aguadas, para rumear y cuando se levantan, defecan. Esto es un hábito que tienen los bovinos; cuando se levantan, bostean.
Lo ideal es poder hacer el análisis ni bien defeco, ya que no influye ningún otro factor en la humedad como puede ser el efecto de la evaporación o mismo la incorporación de la misma al suelo.