Poder diagnosticar el estado gestacional del rodeo después del mes y medio/dos meses post servicio, es una práctica muy barata pero con una gran utilidad que nos va a permitir por un lado, saber cómo viene el rodeo en cuestiones reproductivas, y por otro, a tomar decisiones de manejo de manera anticipada ante alguna eventualidad y en función de los resultados.
Si uno conoce a los animales que están preñados y a aquellos que están vacíos, puede hacer un manejo diferenciado en el cual se pueda eficientizar de mayor manera el uso del pasto, ya que los requerimientos de los animales es diferente. A su vez, se va a poder dejar de lado aquellas vacas que con las mismas condiciones no fueron preñadas, y así mejorar la genética del rodeo por medio de la selección y en efecto los índices de preñez.
Se debe tener en cuenta que en los rodeos de cría, la ganancia de dinero viene básicamente por tres variables que hacen a la cuenta animal. Estas variables son la cantidad de terneros que se destetan, el peso de cada uno de esos terneros, y el factor precio del kilo a la hora de cargarlos. Si uno trabaja directamente en estas variables, el efecto por sobre el ingreso y el balance es directo.
Estas variables están dictaminadas por la eficiencia de reproducción que tiene la tropa y su genética para la posibilidad de tener buenas gestaciones y partos. A priori es la que determina la cantidad de vacas preñadas y luego terneros partidos y destetados.
Una vez que están definidos la cantidad de terneros, el aumento del peso diario y su desarrollo es la variable que va a determinar la cantidad de kilos que se van a vender, en conjunto con el manejo y eficiencia de preñez, ya que la época de parición, va a definir la edad del ternero a la hora del destete y por ende el peso.
Cuanto más fértil es nuestro rodeo, y antes se preñan las vacas, mejores pesos al destete vamos a tener. Como el precio es un factor multiplicador por sobre los kilos, y es la variable monetaria que define el negocio, la posibilidad de que las vacas o vaquillonas se preñen lo antes posible, es clave para una buena rentabilidad.
El objetivo del productor es poder tener, lo antes posible y en el menor tiempo posible, la mayor cantidad de vientres llenos, durante el periodo de servicio. Lo que se conoce como índice de preñez.
El índice de preñez como tal no nos dice nada, ya que se le debe atar a este porcentaje, el tiempo que nos tomo poder lograrlo. Es decir, no es lo mismo lograr un 80 % de preñez en dos meses que en cuatro meses.
En términos generales los periodos de servicio son de 90 días, es decir de tres meses. Lo ideal y lo que se debe buscar, por el motivo que se comento anteriormente de que cuanto antes se preñen las vacas, antes van a parir y más grandes y pesados van a ser los terneros al ser destetados (y más tiempo van a tener las vacas para recuperarse y poder volver a quedar preñadas).
Las vacas que quedan preñadas dentro de las primeras tres semanas de servicio, son aquellas que marcan la diferencia y que destetan los terneros más pesados, aquellos que se conocen como cabeza de parición.
Básicamente lo que se debe lograr es la mayor cantidad de vacas preñadas, en el menor tiempo posible y que la mayoría de aquellas vacas que quedaron preñadas, lo hagan en las primeras semanas de servicio. De esta manera, uno puede casi garantizar buenos terneros para el destete.
Amén de que uno haga lo mejor para mejorar estos índices, si uno no sabe dónde está parado, es muy difícil tomar cualquier tipo de decisiones. Hay un dicho que dice que lo que no se mide no se puede mejorar, y básicamente es por este motivo ¿Cómo podemos saber si estamos haciendo las cosas bien si no tenemos ni conocemos los resultados?
El examen post servicio es una gran herramienta que ayuda a afrontar este problema y saber dónde estamos parados para poder tomar mejores decisiones.
Cuando uno hace el planteo de un manejo, también debe hacer un planteo de cómo se van a medir los resultados y saber si se está yendo por el buen camino.
El tacto y el examen ginecológico vacuno, luego de los primeros 40 días de servicio, es la solución a esto y nos va a permitir de manera anticipada conocer el índice de preñez del rodeo, y a su vez, conocer cómo va a ser la cabeza de parición.
Tradicionalmente la manera más común de hacer este diagnóstico, es por medio del tacto rectal, que en general es realizado por el veterinario del establecimiento o en algunos casos, algún corredor con gran experiencia en el tema que puede hacer el trabajo en el caso en el cual el veterinario no se encuentre.
Con el paso del tiempo, aparecieron nuevas tecnologías que tienen la posibilidad de suplantar al tacto, como es el caso de los ecógrafos móviles, que le dan la capacidad al veterinario de trasladar ese ecógrafo, llevarlo a la manga y hacer el diagnóstico de una manera más precisa, con la posibilidad de recabar otro tipo de datos, además de saber y conocer si la vaca está vacía o no.
Aquellos vientres que salieron vacíos, uno puede tomar la decisión de dejarlos fuera de rodeo para poner el énfasis en aquellos animales que son muy fértiles.
Como conclusión, se puede entender que la eficiencia de preñez que se tuvo durante la época de servicio es clave para la rentabilidad y los márgenes del negocio. Es por eso que saber de manera anticipada esto, nos va a permitir tomar decisiones de manera anticipada y poder actuar de una menor manera, atenuando o subsanando cualquier error que se pudo cometer.