En términos generales en los rodeos de cría, las vaquillonas no solían parir antes de los tres años de edad. La tradición de hacerlo de esta manera, por el simple hecho de que siempre se hizo así, hizo que se deje de lado la posibilidad de preñar a las vaquillonas que tienen un desarrollo precoz.
A medida que pasaron los años, la genética avanzó e hizo que las vaquillonas tiendan a desarrollarse antes y estén listas para ser preñadas antes de los tres años. Esto hace que la estrategia de entorno cambie respecto a los años anteriores donde la actividad ganadera empezó a lucirse y adoptar técnicas de eficiencia.
La ventaja que se tiene a la hora de preñar una vaquillona lo antes posible, siempre y cuando esté fisiológicamente lista, es directamente económica, ya que se obtiene un ternero antes de lo planeado y el animal se vuelve más eficiente ya que el alimento que consume en ese periodo lo transforma en ternero y no con el único destino de mantenerse y desarrollarse.
Estos avances genéticos, junto con las buenas prácticas de selección hicieron que se pueda entorar a las vaquillonas antes y que paren el primer ternero a los veinticuatro meses. Años anteriores las vaquillonas eran entoradas a los dos años y parián un poco antes de los tres años, ahora, debido a esto, se las entora a los quince meses, justamente para que llegan a parir a los dos años, ganándole un ternero en su vida útil.
Es por eso que el entore anticipado hace que aumente la eficiencia del rodeo, teniendo animales productivos continuamente, siempre y cuando las condiciones estén dadas para que las vacas estén en óptimas condiciones y sean eficientes en su índice de preñez.
A esta categoría hay que cuidarla especialmente a la hora de tener el primer parto ya que va a determinar buenos o malos partos a futuro. Si uno compara vacas adultas que fueron preñadas a los quince meses y a los veinticuatro meses, bajo las mismas condiciones, no existen diferencias en cuanto a su estado.
En contrapartida a lo que se puede pensar, las vacas que paren antes, porcentualmente tienen mejores partos que las que extienden su período no productivo. Esto explica porqué las vacas que son entoradas precozmente, a lo largo de su vida útil, son más eficientes que las demás. Las que son entoradas más tarde, son más propensas a parir terneros muertos.
A su vez, esto hace que el rodeo vaya mejorando y queden las terneras que están más desarrolladas y con mejores condiciones en un menor periodo de tiempo.
Cuando una vaquillona es entorada precozmente lo que sucede es que en los partos posteriores su capacidad de generar leche aumenta considerablemente. Esto hace que los terneros de los siguientes partos sean más grandes y en promedio, en su vida útil, destete terneros más pesados que las vaquillonas que fueron preñadas más tarde.
Todas estas cuestiones deben darse si, y sólo si, las vaquillas además de entrar en celo, tienen su ciclo estral de manera normal y sus condiciones fisiológicas estén en concordancia con un animal que está listo para preñarse, gestar, parir y destetar.
Su condición corporal a la hora de preñarse no solo es importante para que el animal no se estropee a futuro y no alcance su máximo potencial de desarrollo, sino que también es importante para que puedan quedar preñadas al principio de la época de entore y queden como cabeza de parición. De esta manera lo que se va a lograr es que paran antes y tengan mayor tiempo de recupero luego de haber parido, y más posibilidades de acomodarse entre parición y segunda preñez.
Puede suceder que una ternera, con una alimentación regular o relativamente buena, entre en celo, pero que no tenga su ciclo de manera normal, y que por ejemplo, entre en celo cada dos meses. Lo que se debe mirar entonces además de su condición corporal y si entro en celo o no, tan o más importante que el resto de las cuestiones, es el correcto ciclado y que entre en celo de manera regular, para que, si no se preño en el primer celo, pueda hacerlo en el segundo lo antes posible y no quede como cola de parición.
Lo que va a suceder si esto pasa, es que, al contrario de lo anterior, la vaquillona va a tener muy poco tiempo para recuperarse después del parto para volver a ser preñada.
Existe una relación entre el peso promedio de las vaquillonas al comienzo del entore con respecto al porcentaje de parición. Si bien se tienden a entorar en primavera, cuando los pastos abundan no solo en cantidad sino que también en cantidad, y ahí existe una ganancia de peso considerable, no llega a empatar la situación de buen peso al momento de entore.
Puede llegar a ser hasta más de un 5 % la diferencia del porcentaje de parición de vaquillonas con un buen peso a la hora de ser montadas respecto a las que tenían un peso menor a la hora de ser entorada y luego recuperaron.
Lo que se suele hacer para lograr todas estas cuestiones y que las vaquillonas queden efectivamente preñadas al principio y sean cabeza de parición y no cola de parición, es hacer un manejo especial con este rodeo y manejarlo aparte de las vacas adultas, para que si, luego de haber parido al primer ternero, entren en el rodeo de vacas.
Se debe estar muy atento en los periodos de parición de este rodeo, no solo porque es el primer parto y pueden llegar a tener dificultades, sino que también porque al parir antes, coincide la época de parición con la época en donde el pasto no es el de mejor calidad y escasea en cantidad.
Esto es importante ya que las caídas de peso en el post parto en animales jóvenes afectan a la fertilidad en el siguiente servicio.