La castración es una práctica común entre los terneros machos. El objetivo de realizar esta intervención se dirige a reducir los efectos hormonales considerados indeseables en la producción de carne. Existen diversos métodos para realizarlos y cada uno de ellos con plazos para su realización.
Los distintos métodos de castración, independientemente de cómo sean realizados, se basan en la interrupción de la irrigación sanguínea a los testículos y su extirpación o no. Hoy en día los métodos pueden ser quirúrgicos, hormonales o inmunológicos. Dentro del primer grupo pueden citarse la castración con cuchillo, con bisturí, con goma elástica, con pinza y, como es costumbre en algunas regiones, a diente. En cuanto a los otros métodos, los resultados son una esclerosis intratesticular o una supresión de la producción de hormonas y por ende desarrollo testicular. En cuanto a la edad del animal en la que se practica, difieren significativamente, encontrándose métodos como el de la goma elástica en el que lo deseable es realizarlo lo más temprano posible, como el de la castración a cuchillo que se realiza entre los 6 y 8 meses de edad. Más allá de las diferencias este es un momento de estrés para el animal en conjunto con situaciones de miedo y dolor. El resultado de estas sensaciones se traduce en un menor consumo tanto de alimento como de agua afectando el desarrollo y el crecimiento.
Prunier et al describen a la castración de terneros machos como una práctica de manejo que se realiza a fin de evitar las interacciones agonísticas y la actividad sexual no deseada entre animales.
Con el objetivo de poder determinar estos impactos en los animales intervenidos se realizó una experiencia en INTA Corrientes en el año 2021, en la que se practicaron distintas intervenciones a grupos de animales y se evaluó principalmente la evolución en el peso vivo luego de la intervención. Uno de los lotes de animales se mantuvo como testigo mientras que sobre los restantes se practicó uno u otro de los siguientes métodos de castración: cuchillo tradicional, técnica quirúrgica con anestesia y analgesia, cuchillo tradicional con anestesia y analgesia, cuchillo solo con analgesia y técnica quirúrgica con analgesia. Los animales utilizados en este ensayo contaban con una edad promedio de 33 días (+/- 11 días) y un peso promedio (Muestreo 1) de 64 kilogramos por cabeza (+/- 14 kg).
La castración fue realizada por dos personas sujetando de manera adecuada a los animales y realizando las prácticas de antisepsia de la zona perineal previamente a realizar la incisión. Exceptuando el tratamiento testigo, se aplicó luego de cada intervención antiinflamatorio, antibióticos y repelente para evitar el dolor, las infecciones y la proliferación de ectoparásitos, respectivamente. Entre los 7 y 10 días posteriores (Muestreo 2) se registró el peso vivo de cada individuo y a los 95 días (Muestreo 3) se realizó nuevamente el registro del peso vivo para calcula la ganancia media diaria a lo largo del tiempo.
Resultados de la experiencia
Las diferencias de peso registradas no son estadísticamente diferentes para los tratamientos evaluados. La única observación realizada se encontró para el caso del tratamiento técnica quirúrgica con anestesia y analgesia, en donde el peso vivo fue superior al del resto de los pesos vivos registrados con las restantes técnicas. Este resultado puede encontrar explicación en que la técnica quirúrgica sumado a la administración de anestesia y analgesia, permite una mayor capacidad para hacer frente a la intervención afectando el consumo de alimento en menor medida. Este último indicador sería el reflejo de la incidencia de la práctica sobre la productividad animal.
A continuación, se presenta la evolución del peso vivo en los terneros castrados para cada tratamiento durante los muestreos 1, 2 y 3.
Momento de muestreo | |||
Tratamiento | Momento 1 | Momento 2 | Momento 3 |
T0 | 63,96 a | 72,00 a | 199,16 b |
T1 | 65,38 a | 69,88 a | 182,00 b |
T2 | 63,50 a | 72,75 a | 182,75 b |
T3 | 53,11 a | 61,63 a | 180,88 b |
T4 | 56,60 a | 65,40 a | 173,50 b |
T5 | 61,00 a | 67,40 a | 156,00 a |
Conclusiones
Se registra una tendencia hacia una ganancia de peso favorable en aquellos terneros que fueron sometidos al tratamiento de castración mediante procedimiento quirúrgico utilizando anestesia y analgesia. El método a implementar dependerá en cada caso, al momento de llevarlo a la práctica, de las posibilidades con las que cuente cada establecimiento en lo que refiere a la disponibilidad de mano de obra e infraestructura principalmente. Más allá de estas consideraciones, siempre se debe velar por las buenas prácticas ganaderas en lo que refiere al manejo de los animales y la seguridad de los operarios. El momento de la castración, cuando se realiza con encierre, aparte, volteo, etc, representa un riesgo potencial para los animales y las personas por los golpes y heridas que puedan llegar a registrarse.
Surge la incertidumbre sobre cuál es el umbral del dolor que registran los animales a partir del cual el consumo de alimentos se ve afectado.