La conservación de forrajes en forma de silaje para planteos ganaderos es una práctica que inició en los años 90 y fue adquiriendo cada vez más protagonismo. De los primeros silos torta, bunker o puente, la irrupción de la tecnología del embolsado, junto con maquinaria de gran capacidad de trabajo hizo que esta técnica de conservación sea, a su vez, adoptada por productores de distintos niveles tecnológicos.
En general las primeras experiencias se realizaban con cultivos anuales a los que luego se incorporaron verdeos de invierno y de pasturas templadas.
Los forrajes utilizados con mayor frecuencia son sorgos y maíces, pasturas base alfalfa y Grama Rhodes, gatton panic, avena, etc.
Con la migración y explosión de la ganadería en área no tradicionales como NEA y NOA, se incorporaron y desarrollaron pasturas perennes megatérmicas que permiten altas producciones de MS en un perdido en que las condiciones de temperatura y humedad son coincidentes con su requerimiento. Estas especies han demostrado una excelente producción en lo que refiere a volumen, pero en contraposición la calidad ofrecida disminuye muy rápidamente. Transferencias de producción de un periodo a otro conservando la calidad es una de las estrategias que se busca implementar en varios establecimientos.
Los principales aportes del silaje en los sistemas ganaderos tienen relación con el incremento de carga animal, el balance de las dietas y el manejo de los forrajes contando con un recurso que permite la concentración de animales permitiendo recuperar y descansar las restantes pasturas
Características de las megatérmicas
Entre las megatérmicas existen genotipos para todas las zonas. Las megatérmicas tropicales tienen un buen desempeño en áreas con precipitaciones anuales del orden de los 1.200 a 1.500 mm, suelos profundos y en algunos casos ácidos. Las megatérmicas templadas manifiestan una evolución positiva para su empleo bajo la forma de pasturas en zonas con algún rasgo marginal. Algunas o varias de estas limitantes fomentan su uso: suelos con problemas de drenaje, componentes sódico-salinos, marcada amplitud térmica (-18 a 38 °C) y estacionalidad de lluvias (350 a 390 mm), baja disponibilidad forrajera estival y reducida productividad de los componentes nativos producto de la degradación y pérdida de especies valiosas.
Características de la zona
La región norte de la provincia de Santa Fe podría describirse como una región de transición entre los climas templados y subtropicales. Esta transición también lo reflejan los suelos que se encuentran al igual que la vegetación que sobre este se desarrolla. En cuanto a la oferta forrajera suelen registrarse déficit durante el invierno y principio de primavera.
Durante el año 2019, en la Estación Experimental Reconquista de INTA se realizó una experiencia de ensilaje a nivel de microsilos de Pasto Camba FCA. Esta pastura difundida ampliamente en los últimos 10 años es una especie nativa del noreste de Argentina, Paraguay y sur de Brasil. La misma fue mejorada y actualmente está inscripta en el Instituto Nacional de Semillas (INASE). Uno de los atributos más sobresalientes es que la floración y maduración se da tardíamente en otoño, a diferencia de otras megatérmicas en las que estos procesos ocurren en más temprano. Lo anterior permite que el material conserve más hojas que tallos durante más tiempo mejorando la calidad de lo que el animal consume.
Material ensilado
Una variable que tiene mucha influencia en todo proceso de ensilado es la concentración de carbohidratos no estructurales (CNE) o solubles. Estas azucares son la principal fuente de sustrato en la fase de fermentación del silaje. Una característica de las especies megatérmicas es que la cantidad de estos carbohidratos es baja y más aún en las etapas de fructificación y maduración.
Un indicador que expresa la calidad del proceso de ensilaje es el pH. Valores bajos de pH aseguran una mejor conservación del silaje ya que impide la proliferación de microorganismos que degraden los componentes valiosos. Para el caso estudiado el valor de pH se ubicó alrededor de 5, indicando que la instancia de ensayo podría llevarse a cabo en condiciones de producción con similares resultados. Se observó una tendencia, aunque las diferencias no hayan sido significativas, al aumento de pH con el paso del tiempo de almacenaje.
En cuanto a la calidad del material ensilado medido a través del % de proteína bruta (PB), % materia seca (MS), % fibra en detergente neutro (FDN) y % de digestibilidad, muestra los siguientes valores. %MS: 24,3; %PB: 5,36; %FFDN: 70,8 y % de digestibilidad 51,78.
Recomendaciones
Es posible realizar el ensilaje de Pasto Cambá FCA con buenos resultados. Como en todo proceso, es fundamental monitorear las buenas prácticas en todas las etapas picado, compactación, sellado y posterior extracción procurando el menor ingreso de aire exterior que inicie procesos de fermentación secundaria. De ocurrir este tipo de fermentación, la calidad del silo está en riesgo. Los resultados de análisis en cuanto a la calidad nutricional arrojan valores que se ubican en los rangos esperados, considerando el tipo de forraje y la época del año en que se realizó la práctica. Se logró silaje de calidad suficiente En cuanto a la aplicación de este recurso, permite ser utilizado como aporte de fibra en dietas de mantenimiento e incluso registrar leves ganancias de peso si se balancea la dieta con proteína par elevar los tenores de esta última.