El estudio y la evaluación de los suelos es una labor que se lleva a cabo para determinar y poder predecir con la mayor exactitud posible, el potencial del establecimiento, teniendo en cuenta no solo las características propias de la tierra sino que también aspectos económicos estratégicos y sociales.
Esto significa que se evalúa con números el rendimiento potencial de la actividad a realizar, el impacto o el aporte social que tiene la producción en los alrededores y también el impacto que tiene a nivel ambiental, tanto a nivel departamental como así también nacional.
Esta evaluación es clave para poder hacer una correcta planificación de los recursos naturales, ya que de esta manera, conociendo la aptitud, se pueden marcar los límites productivos, haciendo que se encuentre el máximo rendimiento sin agotar ni degradar la tierra.
Como en todos los estudios, existen diferentes métodos para hacer una evaluación, desde una mirada más macro a una mirada más específica, con ánimos de hacer una planificación a largo plazo o a corto plazo, y mismo la actividad a la cual se vaya a realizar.
Dependiendo del foco que uno quiera hacer, los posibles métodos que uno puede utilizar son de evaluación cualitativa, cuantitativa o paramétrica.
Para poder determinar de manera rápida y sencilla aéreas que sean más aptas o que tengan alguna limitante, o alguna característica en particular que se deba saber de antemano, es recomendado a priori utilizar el método de evaluación cualitativo en conjunto de algún modelo de simulación que permita ver esos rasgos a nivel macro, para saber dónde uno está parado.
La evaluación cualitativa está compuesta por varias metodologías, que sumado a modelos y software permite hacer un correcto estudio para conocer sus características. Algunas de estas metodologías son:
-La clasificación de las tierras según su capacidad de uso
-Clasificación del suelo para utilizar riego
-Esquema de evaluación del suelo
El primer método mencionado, de clasificación de las tierras según su capacidad de uso, es un método que fue desarrollado por los Estados Unidos a mediados del siglo pasado, y es una de las metodologías más usadas en todo el mundo. Fue desarrollado por el USDA, que es el servicio de conservación de suelos.
Es un método que necesita de una adaptación según el lugar, ya que la forma que usa para realizar el estudio es por medio de las unidades cartográficas, agrupándolas según características en común.
Estas características son más bien aptitudes y limitaciones del suelo, haciendo una gran división entre si el suelo tiene la capacidad de ser labrado o no. Aquellos que no son aptos para labranza, son los que, si se hace un laboreo convencional año a año, la probabilidad de erosión y degradación con el paso del tiempo es alta.
Esta clasificación en ganadería es muy importante, ya que permite determinar estas zonas nombradas anteriormente para la producción de pasturas perennes. Esto se debe a que para realizar esta producción es necesario trabajar la tierra una sola vez, y no de manera anual como un cultivo agrícola convencional. De esta manera se aprovecha el área del campo de una manera eficiente, dejando las partes que pueden recibir maquinaria todos los años, para cultivos anuales, que no solo tengan un fin de producir granos con fines comerciales, sino que también para producir volumen de forraje para los periodos en donde esas pasturas no tienen la capacidad de producir lo suficiente para cubrir la demanda del rodeo, como por ejemplo en los periodos invernales y estivales.
El método de clasificación del suelo para utilizar riego, es el que se usa en las zonas en donde el régimen de lluvias anual es muy bajo y en ciertos casos es necesario realizar un sistema de riego para que las producciones puedan expresar su potencial. En este caso, además de hacer una evaluación de las características edáficas y físicas del suelo, se hace un foco grande en la evaluación económica de posibilidad de mano de obra, viabilidad de construcción de la infraestructura necesaria, etc. En ciertos casos, estas cuestiones generan más limitación que la aptitud del suelo.
El método de evaluación del suelo, es un esquema desarrollado por la FAO, que busca guiar al productor a hacer un correcto enfoque del estudio del suelo, según la finalidad que tenga. Es un esquema flexible, que se adapta a cualquier volumen de tierra, y tiene como fin poder determinar la aptitud y el potencial que tiene ese suelo, no las propias limitaciones que tiene, como en el resto de los casos.
De acá surgen las clasificaciones de los suelos, en donde como se comentaba anteriormente se hace foco más bien en la aptitud de lo que se puede producir más que en lo que no se puede producir. Estas clasificaciones tienen un organigrama lineal de prioridad en donde primero se clasifica según el orden, luego la clase, subclase y por último aptitud de suelo.
Esta última característica es la que nos dice si es un suelo apto o no.
La adaptabilidad del suelo es determinada por la clase en la cual se encuentra, mientras que la subclase es una variación o una característica de la clase, que hace que ciertos suelos que tienen características muy similares puedan agruparse, pero diferenciarse si es que hay una cualidad puntual que los diferencia.
La evaluación cuantitativa, es una evaluación que sirve para dimensionar todas las características que se nombraron anteriormente en los métodos de evaluación cualitativa.
Lo que hace básicamente es recolectar todo esa información, para poder realizar un mapeo en donde pueda verse a simple vista la distribución de estos aspectos, aptitudes y poder también ponerle un porcentaje de representación a cada una de esas características.
Estas evaluaciones se hacen de manera automática con programas y software desarrollados para poder organizar toda la información recabada por el evaluador.
Es muy importante poder hacer la evaluación de nuestras tierras, para poder usarla de manera eficiente y sacarle el mayor jugo posible y producir de una manera sustentable y con una mirada a largo plazo, sin perder rentabilidad en el camino.