Es muy importante conocer y entender los conceptos de crecimiento y desarrollo ya que estos son los procesos clave para que la producción ganadera funcione correctamente en un establecimiento. Todos los factores que influyen estos procesos deben ser utilizados a favor de ellos y no en contra, es decir, brindarle las condiciones adecuadas para que fluyan de manera natural.
Cuando se entienden estos conceptos, se puede hacer hincapié en ellos, haciendo que los animales crezcan y se desarrollen más rápido, siendo más eficientes en la conversión del alimento y en el tiempo de terminación para que sean faenados.
El crecimiento y desarrollo de una animal es el producto de ciertos cambios que se producen dentro del cuerpo, tanto fisiológicos como anatómicos.
Lo que sucede en esta etapa es a nivel celular. Las células se multiplican, se diferencian en cuanto a las funcionalidades que deben realizar dentro del organismo, aumentan de tamaño y forman en su conjunto tanto los tejidos como los órganos vitales para el correcto funcionamiento de la vida.
Si bien muchos creen que el crecimiento es lo mismo que el desarrollo, la realidad es que son dos cosas absolutamente diferentes. Es verdad que es difícil diferenciar, justamente, las diferencias entre cada uno de los conceptos.
El crecimiento básicamente es el crecimiento propiamente dicho o aumento de la masa o peso en un tiempo determinado, mientras que por el otro lado, cuando se habla de desarrollo, se habla más que nada de cambios en cuanto a la forma y composición que son producto del crecimiento anteriormente nombrado, de cada una de las partes del cuerpo.
Pasado en limpio, se diferencia al crecimiento del desarrollo como el aumento de peso del animal y el cambio fisiológico de cada uno de sus componentes.
Puede suceder que estos sucesos, valga la redundancia, sucedan en paralelo. Es decir, que el animal aumente de peso y que a su vez este, por ejemplo, alargando sus extremidades. Como puede suceder también, que el animal se pueda estar desarrollando, pero que no esté aumentando de peso; ambas situaciones son validas.
Cuando a los animales se los encierra para el engorde, se supone que su etapa de desarrollo está terminada, y entran en una etapa en la que solamente re direccionan la energía excedente, resultante de la dieta, para el crecimiento, es decir, para ganar peso.
En los bovinos el crecimiento no es parejo en cada una de sus partes. El crecimiento de sus huesos, por ejemplo, al principio de su vida, es poco si uno lo compara en el tiempo, para luego tener un crecimiento exponencial y cuando llega a su completo desarrollo, estancarse.
A diferencia de la parte ósea, todo lo que está relacionado a los tejidos nerviosos, a los comienzos de la vida del animal, su crecimiento es rápido y la mayoría de sus reservas están destinadas a ese desarrollo, para luego estancarse a lo largo de su vida.
En el caso de los machos, el desarrollo de sus partes genitales, hasta que no llegan a la pubertad, el mismo es casi que nulo, para que, a partir de ahí, se empiece a desarrollar esa parte de una manera acelerada para poder luego, convertirse en un animal reproductor, que tenga la capacidad de seguir con la especie.
Al igual que el tejido nervioso, el tejido linfático al principio tiene un crecimiento exponencial, para luego atenuarse a lo largo del tiempo.
Si bien hay un desfasaje en algunas ocasiones entre el crecimiento propiamente dicho y el desarrollo, son sucesos que están perfectamente coordinados por la naturaleza.
La coordinación de esto y el cómo va a suceder, está íntimamente ligado a los genes heredables de cada animal, al ambiente al cual está expuesto, al tipo de alimentación que este consumiendo, etc.
Hay que entender que todo esto empieza en el mismo momento en el cual hay fecundación. Es decir, ni bien existe una fecundación, empiezan los procesos biológicos de crecimiento y desarrollo.
Entendiendo esto, uno se puede dar cuenta de la importancia que tiene que una vaca preñada este en optimas condiciones para que su ternero o ternera pueda crecer y desarrollarse correctamente dentro de la panza.
La gestación y el correcto crecimiento y desarrollo dentro de la panza, va a determinar a futuro si el animal va a ganar peso de una manera correcta. El mismo ternero, en una situación hipotética “A” en la cual la madre estaba en optimas condiciones, y en la situación “B” donde la madre estaba flaca, en la primera situación va a tener un peso al nacer mayor que el de “B” y no va a poder compensar esa diferencia, siendo al final del ciclo, “A” más pesado y más gordo que “B”.
No debe confundirse con que un ternero o ternera con un mayor peso al nacer va a ser más productivo o va a tener un mayor peso al final del ciclo.
Hoy en día la genética apunta a que los terneros sean de bajo peso al nacer, para que los partos sean fáciles y sin complicaciones, para que la vaca no sufra, el personal no tenga que asistir los partos y se puedan evitar pérdidas de terneros a causa de malos partos, y que luego de parir, tengan un crecimiento exponencial en el primer periodo de vida post – parto.
En esos casos, el bajo peso al nacer, si es compensado a lo largo del tiempo, ya que el bajo peso se debe a cuestiones genéticas y no a cuestiones alimentarias en donde el ternero o la ternera sufrió problemas de alimentación durante la gestación.
Ya que se menciono la genética, es verdad que el crecimiento y el desarrollo potencial de cada uno de los animales depende y está íntimamente ligado con la genética, si ese individuo no se alimento de manera correcta y no tuvo a su alcance los nutrientes necesarios para cada una de las etapas, no va a lograr y expresar ese potencial.
Entendiendo esto, un animal precoz, que se desarrolle antes y crezca antes, rápidamente, va a ser un animal mucho más eficiente ya que estuvo menos tiempo en el campo, para darle el lugar que el ocupaba, a la siguiente camada.